Isis, enigma y belleza en la gira de 1975 con la Rolling Thunder Revue por Estados Unidos


Puestos a escoger, que ya es difícil en el universo dylaniano, me quedo con Isis como la canción enigmática y bella de Bob Dylan, compuesta para un álbum, Desire (1976), de gran calado creativo, interpretada y escenificada en directo a lo largo de la primera gira con la Rolling Thunder Revue de octubre a diciembre de 1975 por ciudades de la costa este estadounidense. En un segundo periplo con la RTR ya en 1976, la canción adquiere otras connotaciones, quizá igualmente bellas, aunque menos sugestivas. Y es que Isis es, esencialmente, esa canción que mejor define el estilo musical del juglar de Minesota, a pesar de que para el público pasó desapercibida en el álbum y a que el propio artista optó en 1976 por encerrar la partitura en un cajón y tirar la llave al océano. Hoy día, lo único que nos queda de Isis son aquellas actuaciones sobre escenarios de Estados Unidos y Canadá con la inmensidad de los matices musicales, y la versión de estudio con la fuerza de una buena producción (Don de Vito), los requiebros literarios de la letra (compuesta junto al dramaturgo Jacques Levy) y el maravilloso fraseo de un Dylan inspirado, majestuoso y único, nada como la profundidad del piano en conjunción con la armónica y el violín de Scarlett Rivera.

Vídeo que recoge la actuación de Isis, por Dylan,
durante la gira de 1975 con la RTR por EEUU.

Grabada en el estudio E de Columbia en Nueva York durante la cuarta y quinta sesión (30 y 31 de julio de 1975, respectivamente), consignada como Ices en la hoja de registro, la canción se desarrolla a través de un viaje enigmático por México, Wyoming o Egipto, con referencias mitológicas y al tarot sin abandonar ese rastro amoroso que nos conduce inevitablemente a la difícil relación matrimonial que atraviesa el juglar. En compañía de un desconocido, bien podría ser su alter ego, busca salida a las incertidumbres en un maremagnun de escenas inconclusas para finalmente regresar junto a su amada, quizá con la ambigua intención de quedarse a su lado. Isis fue la primera canción cuya letra compuso junto a Jacques Levis para Desire, y del trabajo conjunto brilla la escenografía que acompañaría a la música durante su interpretación en directo. A lo largo de los años, cuando la canción ya no se escuchaba en la voz de Dylan, otros músicos recogieron el rastro de esta historia, siendo las versiones de Neal Casal en un concierto en Bererungen en junio de 1998 y la de Ryan Adams en noviembre de 2006 en Nueva York las que más acertadamente simbolizan el estio dylaniano, si bien las versiones en directo de The White Striper popularizaron como nadie esta canción.

Escucha aquí la versión de Isis del álbum oficial Desire.


Isis

Me casé con Isis el cinco de mayo,
pero no pude seguir con ella mucho tiempo,
me corté el pelo y enseguida partí
hacia la tierra  salvaje e ignota donde no podía meter la pata.

Llegué a un altozano de luz y tiniebla,
la línea divisoria partía el centro del pueblo,
amarré mi poni a un poste que estaba a la derecha
y llevé mi ropa a una lavandería.

Un hombre en un rincón se acercó a pedir fuego,
de inmediato supe que no era alguien común,
me dijo si buscaba un apaño fácil
yo le dije que no había dinero, y él: "No lo necesitas".

Salimos de noche hacia el frío del norte,
le di mi manta y él me dio su palabra,
le pregunté adónde íbamos, él dijo que el cuatro regresábamos
era la noticia mejor que podía oir.

Pensaba en turquesas, pensaba en el oro,
pensaba en diamantes y en el mayor collar del mundo.
Mientras cabalgábamos por los cañones con un frío infernal
también pensé en Isis, que me creía tan temerario.

Que un día me dijo: "Nos volveremos a ver",
cambiará todo cuando nos casemos otra vez,
si pudiera aguantar y ser sólo su amigo
aún no recuerdo lo mejor que me dijo.

Llegamos a las pirámides engastadas en hielo,
él dijo: "Hay un cuerpo que intentó encontrar,
si puedo sacarlo lo venderé bien",
y entonces supe lo que tenía en mente.

El viento aullaba y la nieve era brutal,
dimos tajos hasta bien pasada el alba,
él murió y confié en que no fuera contagioso,
pero me hice a la idea de seguir adelante.

Entré en el sepulcro, pero en el ataúd no había nada,
no había joyas, nada, me la habían jugado,
comprendí que mi socio solo quiso ser simpático,
debía de estar loco cuando acepté su oferta.

Agarré su cuerpo y lo arrastré adentró,
lo tiré al hoyo y volví a taparlo,
me sentí mejor tras soltar la oración
y cabalgué en busca de Isis a declararle mi amor.

Estaba en el prado donde el arroyo crecía
cegado de sueño y falto de cama,
llegué desde el este con el sol en los ojos,
la maldije una vez y seguí cabalgando.

Dijo: "¿Dónde has estado?". Yo: "No sabría decirte".
Ella: "Pareces otro". Yo: "Bueno, no del todo".
Ella: "Te fuiste". Yo: "Pues claro".
Ella: "¿Vas a quedarte?". Yo: "Sí, quizá sí".

¡Isis, oh, Isis, mística criatura!
lo que me lleva a tí me lleva a la locura,
todavía recuerdo aquella sonrisa
el cinco de mayo bajo la llovizna.

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Highway 61 (#6): Richie Havens, de Brooklyn al Greenwich Village, inmortalizado en Woodstock

A la memoria de Richie Havens, de Maggie's farm al blues de la lápida

 
Maggie's farm
License to kill
Tombstone blues
Just like a woman





La vida fue dura para Richie Havens. Ser negro, sin recursos económicos en una familia con nueve hermanos, en un Brooklyn deprimido y con la idea inoculada de querer abrirse camino en la música folk, no era una apuesta fácilmente aceptada a principios de los sesenta del pasado siglo en Estados Unidos. Y aunque Nueva York no era una excepción, el bohemio barrio del Greenwich Village era la mejor opción para ese grupo de artistas barbilampiños con ganas de comerse el mundo. ¿Y cómo dices que es tu nombre? Jimi Hendrix, Bob Dylan o... Richie Havens, quien en algún momento una vez encumbrado en el olimpo folk aseguró: "Vi en Village un lugar al que escapar para poder expresarme". Tiempos duros buscándose la vida en los cafés y clubes nocturnos a lo largo de la calle McDougal. Dylan recuerda un pasaje de entonces en sus memorias: "Un cantante con le que me cruzaba a menudo, Richie Havens, siempre iba con una chica mona que pasaba el sombrero, y le iba bastante bien. A veces, pasaba dos sombreros. sin ese tipo de trucos, acababas volviéndote invisible, y eso no convenía". Aquello sucedía en torno al cafe Wha?, tres años antes de La Granja de Maggie.


Escucha la versión de Maggie's farm por Richie Havens.
Maggie's Farm by Richie Havens on Grooveshark

Actuación de Havens en el Festival de Woodstock 1969. 
La perseverancia y un talento innato para la música iban tallando el diamante en bruto que representaba aquel músico de voz grave, profunda, modulada en entonaciones folk y soul, y ese estilo inigualable rasgueando su guitarra. Los días del Village se tradujeron en noches interminables hasta que una mañana el sello Verve Records se aventurara con aquel músico negro que daba bandazos por los escenarios de los hootenanny. Mixed bag en 1967 supuso algo más que un intento musical y una mañana, en la granja de Bethel, en Woodstock, Richie Havens, que figuraba en quinto lugar para actuar en un festival que iba a suponer la mayor congregación musical del movimiento hippie y pacifista, fue el encargado de abrir los conciertos que durarían tres días y una madrugada. Minstrel from gault se fusionó con el lema paz y amor, terminando su actuación con el emblemático Freedom/mother child. A partir de entonces, 29 discos después y una bella colección de versiones de The Beatles y Bob Dylan, Richie Havens escribió un capítulo más en la música popular estadounidense.

Versión de License to kill en directo


Tombstone blues, extraído de la película I'm not there.


Richie Havens murió el 22 de abril de 2013 en New Jersey.

Quizá la mejor versión de Just like a woman que he escuchado nunca.

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Thirsty Boots, descarte del Selfportrait publicado en sencillo junto a una versión demo de Wigwam


La celebración del Record Store Day el pasado sábado (20 abril) a nivel mundial fue el momento elegido por Sony Music para el lanzamiento de este sencillo que recoge dos tomas hasta ahora inéditas de Wigwam y Thirsty Boots, versionadas por Bob Dylan para su álbum Selfportrait (1970). Avance discográfico de lo que en próximas fechas se concretará en un nuevo Bootleg Series, en este caso el décimo dedicado —aún se desconoce si en su totalidad— a las sesiones de grabación de Autorretrato, uno de los álbumes, si no el que más, denostado por la crítica y asimilado a cuentagotas por gran parte del público durante décadas. Está claro que estamos ante gustos encontrados, pero no cabe duda de la riqueza musical inédita generada durante las sesiones de grabación de este álbum y de la que Thirsty Boots es una prueba manifiesta de los tesoros que guarda la dylanteca oficial.

Portada del sencillo Wigwam
 publicado en España en 1970.
Me agrada escuchar Thirsty Boots en la voz grave, intimista, hogareña del juglar, un clásico acústico de Eric Andersen, que Dylan desarrolla con guitarra, armónica y piano de fondo creando un ambiente que nos traslada a los bosques de Woodstock y a la imagen del músico sentado al piano en un rincón del salón de una rústica cabaña. Así es Dylan y así fue durante una época archidesconocida por el público, repudiada por los etiquetadores de marcas y creadores de mitos, un artista acostumbrado a dejar en el cajón versiones tan auténticas como increíbles. Y el tiempo, que quema lo falso y restañe las heridas injustas, revisita cuarenta y tres años después los registros sonoros de aquellos días entre los estudios de Nashville y Nueva York donde se grabó Selfportrait. Incluso Wigwam, una sucesión de acordes que se va estructurando en tema instrumental con riff pegadizo, sólo pespuntado por un canturreo sin lírica del juglar, adquiere en esta toma demostración una sencillez increíble, ajena a la acaramelada versión que al final se publicó en el álbum y en un sencillo en 1970 junto con Copper Kettle, otro éxito extraído del álbum. Vale la pena acercarse a estas dos canciones para descubrir otra arista del maestro.


Escucha aquí la toma demo inédita de Wigwam

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La esencia trotamunda de Dylan y su banda de blues encandilan la noche de Amherst, 6-4-2013

Dylan en el concierto de Newark.

Las baladas y blues de Tempest (2012) suenan convincentes en directo en una sabia combinación de músicos de gran altura con un cancionero y poemas que nos adentran en lo más profundo de la riqueza de la música popular estadounidense. Una vez más, por enésima vez, el viejo juglar nos deleita con un libreto intimista, sensual, rico en los compases acústicos en los que se acopla, cada verso es un pulso a la vida, genuino y desgarrador como la esencia trotamunda del propio Dylan, magistral sobre el escenario. El del Mullins Center de Amherst (Massachusetts) refrenda una noche más la genialidad del juglar de Minesota y la virtuosidad de una banda capaz de extraer a cada canción la esencia de ese universo artístico que llamamos dylaniano. Bob Dylan sorprendió desde el comienzo abriendo su actuación con Things have changed, nunca antes lo había hecho y dejó constancia nuevamente de lo bien que suena este tema en directo, introducido por unos rasgueos de la guitarra acústica de Stu Kimbal que sirvieron a la vez de tono, pues todo el concierto y los siguientes de este tour están marcados por la clave acústica con banda y por el acompañamiento de ese gran piano que tan acertadamente Dylan incorporó el verano pasado a sus conciertos y que nos hizo alucinar en Bilbao.

El guitarrista Duke Robillard.
La incorporación a la banda del guitarrista y cantante de blues Duke Robillard en sustitución de Charlie Sexton imprime a los conciertos una atractiva serenidad que Dylan necesitaba en la escena a fin de dar un rumbo interesante a las actuaciones. La virtuosidad de Robillard queda manifiesta a lo largo de todo el concierto y sobresale en All along the watchtower, una versión ésta, por cierto, de las mejores que he escuchado desde hace algunos años. Llama la atención por insólito el repertorio y secuencia de temas inamovibles hasta hoy, a excepción de Highway 61 que interpretó en el primer concierto (Buffalo) y que a partir de Amherst cambió por All along the watchtower, y la incorporación de Summer days en Lewiston, mientras las ausencias de Like a rolling stone y Blowin' in the wind, como ya hiciera en el famoso The paradise lost de 1995 con Patti Smith, cierran el capítulo de curiosidades de este inicio de gira.

Un momento del concierto de Dylan en Kingston.

El concierto de Amherst (Massachusett), así como los de Kingston, Lewiston y Lowell que hasta ahora he escuchado irradian sencillez y maestría. En un ambiente jazzistico, blusista y acústico Dylan y su banda desgranan lo mejor de su buen hacer. Hasta Summer days, tremenda pero jugosamente acelerada el año pasado rejuvenece esta primavera con los ricos matices de una versión esplendorosa bajo el arco director de Tony Garnier al contrabajo. Lo bueno de esta gira es que cada músico despunta sin estridencias en una conjunción asombrosa, con un Dylan de fraseo pausado y genuino, gustándose en cada verso como si fuera el último. Así se desarrollan con hábiles aciertos clásicos como Love sick, High water (nuevamente reinventada), Tangled up in blue (siempre insuperable), la intimista y mercurial Visions of Johanna, y hasta Thunder on the mountain y Beyond here lies nothin' se suben al carro con unos arreglos magníficos. Y la esencia de esta gira: los temas del nuevo álbum de estudio enriquecen indiscutiblemente los conciertos. Baladas como Soon after midnight y la nostálgica Scarlet town no tienen desperdicio, mientras Pay in blood y el blues Early roman kings brillan como perlas en la noche. Blind Willie McTell sigue el rastro de la versión que tan buen resultado le dio en la gira del año pasado, mientras Spirit on the water tiene la suficiente personalidad para brillar por sí misma. Incorpora el bardo la canción What good am I?, de Oh Mercy (1969), que sumerge el concierto en un ambiente enigmático, como el año pasado hiciera Man on the long black coat. Genial, si se confirman los rumores de una hipotética gira de Dylan por Europa el próximo otoño (o antes), habrá que ir sacando la entrada, allá donde fuere.


Escucha aquí el concierto completo de Dylan en Amherst.



Cartel anunciador del concierto de
Bob Dylan en Armherst.
Canciones:
  1. Things have changed
  2. Love sick
  3. High water (for Charley Patton)
  4. Sonn after midnight
  5. Early roman kings
  6. Tangled up in blue
  7. Pay in blood
  8. Vision of Johanna
  9. Spirit of the water
  10. Beyond here lies nothin'
  11. Blind Willie McTell
  12. What good am I?
  13. Thunder on the mountain
  14. Scarlet Town
  15. All along the watchtower
  16. Ballad of a thin man
La banda.-  Bob Dylan (vocal, gran piano y armónica), Stu Kimball (guitarra acústica), Duke Robillard (guitarra eléctrica), Donnie Herron (steel guitar, mandolina y bajo), Tony Garnier (bajo y contrabajo) y George Recelli (batería).

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Meet me in the morning, la versión desconocida editada ahora en sencillo con Duquesne Whistle

A Paul Williams, quien desentrañó como nadie el alma del juglar.



Llevaba tiempo tras la huella de este sencillo editado en Estados Unidos a finales de noviembre del pasado año, dos meses después de la salida al mercado discográfico de Tempest, el último álbum de estudio de Bob Dylan, del que se extrae para su lanzamiento en la cara A la canción Duquesne Whistle, si bien para los coleccionistas el atractivo de este cuarenta y cinco revoluciones rueda por los surcos de la cara B, donde resurge arrolladora la versión alternativa en clave acústica de Meet me in the morning, el blues del mítico Blood on the Track (1975), desconocida para los mortales, lo que da una idea de las joyas que la dylanteca oficial guarda celosamente en cajas fuertes acorazadas.

Y es que el blues de marras es de esas canciones de Dylan que encierra una historia singular de alcance inconcebible, estamos ante una más de esas composiciones que el juglar ha desdeñado interpretar en directo y de la que hasta ahora sólo conocíamos la versión editada oficialmente en el Blood. Disponemos, y ello no reconforta las ausencias de versiones, del registro del concierto de Dylan en el Ryman Auditorium de Nashville el 19 de septiembre de 2007 cuando, tras dar entrada como invitado al multiinstrumentista estadounidense Jack White, el vocalista de The White Stripes ejecutó soberbiamente esta canción, a la que presumimos un acompañamiento musical por parte de Dylan mezclado entre la banda. Otros músicos adaptaron la canción a sus estilos y la comportieron con el público sobre los escenarios, entre éstos Sorah Jarosz, Theodius Ealey, Sloan Wainwright, Reiner Ptacek, Jason Becker y la magnífica de la Emmitt Nershi Band Springfield.

La versión alternativa de Meet me in the morning incluida en el sencillo fue grabada el 19 de septiembre de 1974 en los A & R Studios de Nueva York, si bien no fue la única, registrándose otra toma el 16 de septiembre junto con la canción Call letter blues, con la que comparte melodia. Es una versión intimista que ambienta el tono doliente del álbum, acompañado al bajo por Tony Brown, en realidad sólo ellos dos acudieron aquel día a los estudios para grabar en clave acústica algunas tomas de Idiot wind, Buckets of rain, Up to me, Tangled up in blue y You are a big girl now, algunas de éstas como Up to me o la anteriormente citada Call letter blues no fueron incluidas en el Blood on the tracks. Con leves variaciones en la letra con respecto a la oficial, Dylan nos cuenta otro fragmento del lamento de un amor que se va haciendo pedazos, desangrándose sobre los surcos del acetato: "Mira al sol hundirse como un barco, ¿no es como mi corazón cuando besaste mis labios?... Cada día ha sido negro desde que no estás". Me agrada, aunque las letras sean duras de digerir, escuchar el fraseo del juglar en esta versión alternativa de Meet me in the morning, porque si cada canción de aquél álbum constituye una obra maestra, las tomas que se grabaron en Nueva York y que luego se modificaron en una granja de Minesota nos muestran los sentimientos desnudos de un Dylan que nos llega con el corazón destrozado buscando esas vías de escape que mitiguen el dolor. 


Escucha aquí la versión alternativa de Meet me in the morning 


Y aquí la versión de Jack White en el concierto de Nashville en 2007
Meet Me In The Morning (live 9-19-07) by Bob Dylan & Jack White on Grooveshark

Nos vemos por la mañana

Nos vemos por la mañana en la 56 con Wabasha
podemos estar en Kansas
cuando la nieve empiece a fundirse.
Dicen que la hora más oscura es antes del alba
pero yo no lo supe por mí mismo
cada día ha sido oscuro desde que no estás.
El pequeño gallo canta, algo lo intranquiliza
me siento igual que él,
me tratas tan mal.
Los pájaros vuelan bajo, me siento tan indefenso,
me he quedado sin cerillas
y la estación ha cerrado sus puertas.
Crucé la alambrada cuando granizaba,
logré despistar a los sabuesos,
sé que he ganado tu amor.
Mira al sol hundirse como un barco
¿no es comi mi corazón
cuando besaste mis labios?

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